sábado, outubro 14, 2006

O ABISMO E O ANJO


Não fujas: mira a Esfinge fixamente nos olhos
Vazios como os teus
pois a Esfinge és tu.
A pergunta és tu e a peste és tu,
O exílio, a cegueira, não são voláteis ou póstumas
cinzas, senão o escuro túnel que oculta os desígnios
que os cruentos azares quiseram para ti.

Não fujas: espera. O que? O declínio, o declínio,
Sempre o declínio até o iluminado
não até o aberto, não, pois todo “Anjo é terrivel”
E apenas por sua benevolência reinas na terra.

Pois ele poderia destruir-te. Um pouco mais: a furiosa semente
da qual surge tua sombra, não leva marca dos
Anjos?

Hás construído tua morada à beira do abismo,
De desairadas ladainhas e perguntas blasfêmicas
E sabes que depois do silêncio e o exílio tremendo,
Nada redime o homem do perigo e o perigo é

Abismo,

Ser livres, ser livres e ei-nos aquí, cegos
E solitários mendicantes depois das tormentas
E borrascas que traz emparelhada a razão.

Um pouco mais: O Abismo é o Olho que te Observa.
Um sim apenas e escutarás o chamado
E nesse instante mínimo e perfeito compreenderás

enfim que apenas tu e o Anjo que te habita
são o sombrio abismo do qual pendes.

Oscar Portela - abril de 2006

Um comentário:

Vera Laporta disse...

EL ABISMO Y EL ANGEL

Original en castellano por Oscar Portela

No huyas: mira a la Esfinge fijamente a los Ojos
Vacíos como los tuyos
Pues la Esfinge Eres Tú.
La pregunta Eres Tú y la Peste Eres Tú,
El exilio, La Ceguera, no son volátiles u póstumas
Cenizas, sino el oscuro túnel que oculta los designios
Que los cruentos azares quisieron para ti.

No huyas: Espera. ¿Qué? El descenso, el descenso,
Siempre el descenso hacia lo in-luminado,
No hacia lo abierto, no, pues todo "Ángel es terrible"
Y solo por su benevolencia reinas en la tierra.

Pues el podría destruirte. Un poco más: ¿ la furiosa simiente
De que surge tu sombra, no lleva impronta de los
Ángeles?

Haz construido tu morada al borde del abismo,
De desatendidas plegarias y preguntas blasfemas
Y sabes que después del silencio y el exilio tremendo,
Nada redime al hombre del peligro y el peligro es
Abismo,

Ser libres, ser libres y henos aquí, ciegos
Y solitarios mendicantes después de las tormentas
Y borrascas que trae aparejada la razón.

Un poco más: El Abismo es Ojo que te Observa.
Un solo sí y escuchará el llamado
Y en ese instante mínimo y perfecto comprenderás
Al cabo que solo tú y el Ángel que te habita,
Son el sombrío abismo del que pendes.

Oscar Portela
Abril del 2006